Cada vez es más frecuente encontrarse estructuras organizacionales que rompen con la tradición y trazan nuevos caminos de gestión en los que las jerarquías, la verticalidad y la rigidez se dejan de lado. Las figuras de mando se transforman y las formas de trabajo se adaptan a distintas necesidades y contextos. Entre estos nuevos modelos se encuentra el teal (en español verde azulado).
En 2014, Frederic Laloux publicó su libro Reinventando las organizaciones, en el cuál explica que las empresas, así como las personas, cambian de manera gradual y no lineal. El autor identifica cinco niveles de evolución y en cada uno la madurez y la consciencia aumentan, hasta alcanzar mayor plenitud, por medio de la autogestión, la independencia, la integridad, el compromiso, el crecimiento y la adaptación.
El primer nivel es el rojo, en este se encuentran las estructuras arcaicas, en las que la fuerza y el poder son la manera de controlar el trabajo y mantener el orden. El líder es autoritario y es quien dicta la dirección que se debe tomar. Le sigue el nivel ámbar, el cual se refiere las compañías con jerarquías bien definidas, cada miembro tiene un rol y se siguen procesos preestablecidos que se replican sin mayor cambio. Sus objetivos son a largo plazo.
El anaranjado es el tercer nivel de evolución y Frederic Laloux lo equipara a una máquina. Estas se basan en alcanzar metas, generar utilidades y son altamente competitivas. Dan la libertad de ejecutar las estrategias de distintas maneras, siempre y cuando se lleguen a los resultados establecidos por los líderes. El nivel verde es el de las empresas posmodernas, en las que lo primordial es motivar e impulsar a los trabajadores a lograr los objetivos de la compañía. Se promueve una cultura organizacional de valores compartidos. Se cree en el empoderamiento de sus miembros y se atreven a emplear estructuras más horizontales para encontrar el equilibrio de todos los involucrados: clientes, empleados y accionistas. Las decisiones se toman por consenso.
El último nivel es el teal, en este las organizaciones tienen mayor consciencia de lo que sucede dentro y fuera de ellas, el trabajo de todo el equipo se observa y valora, sus miembros son empáticos y se busca que todos alcancen, a la par, un desarrollo profesional y personal.
Este tipo de compañías se asemeja a organismos vivos. No existen las estructuras jerárquicas, sino que se opta por modelos más flexibles con roles que van cambiando y adaptándose a distintas necesidades o circunstancias del entorno.
Existen tres principios básicos para las organizaciones teal. El primero es la autogestión, lo cual permite que los empleados colaboren con sus pares sin necesidad de figuras de autoridad preestablecidas. La toma de decisiones se basa en la consulta de todas las partes afectadas e involucradas.
Otro principio es la plenitud o integridad, esto se refiere a promover y fomentar que los colaboradores se desarrollen tanto en lo personal como en lo profesional, pues se cree que al sentirse realizados, valorados y satisfechos con ellos mismos, es más fácil explotar su potencial en todos los ámbitos de su vida, incluido el laboral. Esto a su vez provoca que el ambiente dentro de la empresa tenga mayores niveles de energía, que se desarrolle la creatividad, que haya libertad de expresión sin miedo a los juicios y que la gente se apasione por lo que hace.
El tercero es el propósito evolutivo o evolución en donde las compañías teal basan su operación en la observación del entorno y la óptima interacción con éste. Se involucra, de manera activa, a todos sus miembros para que empaticen con los objetivos de la organizacionales, los crean, comprendan y enriquezcan de manera colectiva.
La estadounidense Morning Star Una sigue el modelo teal y es encargada de procesar el 25% de los productos de tomate en California y de proveer el 40% de las pastas y cubos de tomate para uso industrial.
En España podemos tomar como ejemplo a Baobab soluciones, la cuál se dedica a construir soluciones que ayuden a otras empresas a mejorar y agilizar sus procesos y la toma de decisiones.
En México esto ya es una realidad, pues nosotros, Horizonte Exponencial (HE), nos regimos por el modelo teal. Creemos que este enfoque ayuda a que todos los que colaboramos aquí desarrollemos nuestro potencial, nos involucremos en los objetivos de la compañía y trabajemos convencidos de que somos escuchados, comprendidos y valorados. Esta estructura ayuda a que la comunicación sea más integral, promueve la disposición al cambio, el crecimiento y la evolución tanto personal como laboral, además de mejorar y fortalecer las relaciones.
Todos en HE estamos convencidos que este modelo nos permite avanzar hacia el futuro sin miedo a los cambios, pues estamos alineados a estos principios y buscamos apoyar a nuevos clientes a llevar estos modelos organizacionales novedosos a sus empresas y organizaciones. Sabemos que nada está escrito, que el mundo está en constante evolución, pero tenemos la disposición de seguir aprendiendo y creciendo con él.
